El baguazo
El conflicto entre las comunidades indígenas amazónicas y el
gobierno central que tuvo lugar entre el 2008 y 2009, ha sido el más largo y el
de más graves consecuencias que haya enfrentado el Perú en los últimos diez
años. Los lamentables sucesos de violencia del 5 de junio del 2009 en la
provincia de Bagua, Amazonas, conmocionaron al país entero y a la comunidad
internacional por el alto número de heridos y de vidas perdidas. Aquel día
circularon versiones que aseguraban que a la altura del Km. 201 de la carretera
Fernando Belaúnde Terry, en la zona llamada La curva del diablo, el desalojo
policial había desatado un enfrentamiento a fuego abierto entre manifestantes
indígenas y fuerzas del orden. A las pocas horas trascendió en medios de prensa
nacionales, locales y alternativos, que el conflicto se había trasladado a las
ciudades de Bagua y Bagua Grande y que, en paralelo, en la Estación de Bombeo
Nº6 de Petroperú nueve efectivos policiales habían sido ejecutados.
El ambiente confuso se prolongó por más de cinco días con informaciones
diversas y en muchos casos contrapuestas. Fotografías de nativos muertos.
Videos de policías en posición de combate disparando a mansalva. Imágenes de
efectivos ejecutados. Testimonios de heridos y familiares de víctimas en las
zonas urbanas que denunciaban que las fuerzas policiales usaban sus armas de forma
descontrolada. Fotos, en Bagua y Bagua Grande, de francotiradores en los
techos, presumiblemente poniendo en la mira a dirigentes sociales. Pobladores
asegurando haber visto cuerpos de indígenas quemados y lanzados al río, en un
momento en el que se negó el ingreso de los medios de prensa a la zona del
conflicto.
Así circuló también la palabra “masacre”, con significados
distintos según quien la pronunciara. “Masacre de policías”, dirían las versiones
ligadas al gobierno y lo repetiría el mismo presidente de la República.
“Masacre de nativos y población civil”, dirían los dirigentes indígenas y las
múltiples organizaciones sociales que en todo el país mostraron su solidaridad
y la tradujeron en diversas formas de protesta.
El primer informe de la Defensoría del Pueblo, del 10 de
junio, dio las cifras de víctimas y heridos que se manejan hasta el día de hoy:
33 víctimas fatales -23 policías, 5 civiles indígenas y 5 civiles no indígenas-,
200 heridos –82 de ellos por impacto de bala y el resto por lesiones diversas-
y 1 desaparecido –el Mayor PNP Felipe Bazán.
Aquella fue una primera dosis de claridad, y a pesar de
constituir definitivamente una noticia dolorosa y preocupante precisamente porque
el conflicto seguía en curso, significó acaso un alivio frente a versiones que
aseguraban la existencia de cientos de indígenas fallecidos, ocultos en fosas clandestinas
o echados al río. Sin embargo, quedaba pendiente realizar una investigación exhaustiva
que determinara exactamente qué sucedió, cuáles fueron sus causas profundas e
inmediatas, y en qué personas e instituciones recae la responsabilidad de los
sucesos. La Defensoría del Pueblo ratificó en julio las cifras iniciales de
víctimas, pero no contó con los recursos para ni recibió el encargo de realizar
una investigación a profundidad.
La derogatoria de los DL 1090 y 1064, el 18 de junio, logró
calmar los ánimos y si bien constituía un logro para las organizaciones
indígenas amazónicas -representadas en la Asociación Interétnica de Desarrollo de
la Selva Peruana (AIDESEP)-, era sólo un primer paso en un proceso de diálogo
con el gobierno que se anunciaba como la mejor salida para solucionar las
demandas indígenas y devolver la paz a la selva norte y la Amazonia en general.
Comentario:
Un conflicto en el que dejo gran cantidad de muertes y afecto a los ciudadanos de Bagua , estos actos de violencia demuestran que la sociedad cuando desea resolver los problemas que tenga, de manera violenta se resolverá mas no piensa en las consecuencias que puede desencadenar esto y mas aun los conflictos que traerá , creo que estas personas involucradas solo piensan en el poder mas no ven otras soluciones que pueden dar a su problema.
Las cosas siempre se resuelven con el dialogo ya que es una manera muy buena que nos ayuda sin tener problemas a resolver los conflictos.
El conflicto entre las comunidades indígenas amazónicas y el
gobierno central que tuvo lugar entre el 2008 y 2009, ha sido el más largo y el
de más graves consecuencias que haya enfrentado el Perú en los últimos diez
años. Los lamentables sucesos de violencia del 5 de junio del 2009 en la
provincia de Bagua, Amazonas, conmocionaron al país entero y a la comunidad
internacional por el alto número de heridos y de vidas perdidas. Aquel día
circularon versiones que aseguraban que a la altura del Km. 201 de la carretera
Fernando Belaúnde Terry, en la zona llamada La curva del diablo, el desalojo
policial había desatado un enfrentamiento a fuego abierto entre manifestantes
indígenas y fuerzas del orden. A las pocas horas trascendió en medios de prensa
nacionales, locales y alternativos, que el conflicto se había trasladado a las
ciudades de Bagua y Bagua Grande y que, en paralelo, en la Estación de Bombeo
Nº6 de Petroperú nueve efectivos policiales habían sido ejecutados.
El ambiente confuso se prolongó por más de cinco días con informaciones
diversas y en muchos casos contrapuestas. Fotografías de nativos muertos.
Videos de policías en posición de combate disparando a mansalva. Imágenes de
efectivos ejecutados. Testimonios de heridos y familiares de víctimas en las
zonas urbanas que denunciaban que las fuerzas policiales usaban sus armas de forma
descontrolada. Fotos, en Bagua y Bagua Grande, de francotiradores en los
techos, presumiblemente poniendo en la mira a dirigentes sociales. Pobladores
asegurando haber visto cuerpos de indígenas quemados y lanzados al río, en un
momento en el que se negó el ingreso de los medios de prensa a la zona del
conflicto.
Así circuló también la palabra “masacre”, con significados
distintos según quien la pronunciara. “Masacre de policías”, dirían las versiones
ligadas al gobierno y lo repetiría el mismo presidente de la República.
“Masacre de nativos y población civil”, dirían los dirigentes indígenas y las
múltiples organizaciones sociales que en todo el país mostraron su solidaridad
y la tradujeron en diversas formas de protesta.
El primer informe de la Defensoría del Pueblo, del 10 de
junio, dio las cifras de víctimas y heridos que se manejan hasta el día de hoy:
33 víctimas fatales -23 policías, 5 civiles indígenas y 5 civiles no indígenas-,
200 heridos –82 de ellos por impacto de bala y el resto por lesiones diversas-
y 1 desaparecido –el Mayor PNP Felipe Bazán.
Aquella fue una primera dosis de claridad, y a pesar de
constituir definitivamente una noticia dolorosa y preocupante precisamente porque
el conflicto seguía en curso, significó acaso un alivio frente a versiones que
aseguraban la existencia de cientos de indígenas fallecidos, ocultos en fosas clandestinas
o echados al río. Sin embargo, quedaba pendiente realizar una investigación exhaustiva
que determinara exactamente qué sucedió, cuáles fueron sus causas profundas e
inmediatas, y en qué personas e instituciones recae la responsabilidad de los
sucesos. La Defensoría del Pueblo ratificó en julio las cifras iniciales de
víctimas, pero no contó con los recursos para ni recibió el encargo de realizar
una investigación a profundidad.
La derogatoria de los DL 1090 y 1064, el 18 de junio, logró
calmar los ánimos y si bien constituía un logro para las organizaciones
indígenas amazónicas -representadas en la Asociación Interétnica de Desarrollo de
la Selva Peruana (AIDESEP)-, era sólo un primer paso en un proceso de diálogo
con el gobierno que se anunciaba como la mejor salida para solucionar las
demandas indígenas y devolver la paz a la selva norte y la Amazonia en general.
Comentario:
Un conflicto en el que dejo gran cantidad de muertes y afecto a los ciudadanos de Bagua , estos actos de violencia demuestran que la sociedad cuando desea resolver los problemas que tenga, de manera violenta se resolverá mas no piensa en las consecuencias que puede desencadenar esto y mas aun los conflictos que traerá , creo que estas personas involucradas solo piensan en el poder mas no ven otras soluciones que pueden dar a su problema.
Las cosas siempre se resuelven con el dialogo ya que es una manera muy buena que nos ayuda sin tener problemas a resolver los conflictos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario